Gracias a una división matemática, 150 parejas de la Guardia Civil pasarán a pilotar 300 coches patrulla por carreteras, autovías y autopistas españolas. Los vehículos van equipados con modernos sistemas tecnológicos que registrarán tanto las infracciones que cometan los conductores como la posible resistencia que puedan ofrecer los sancionados. La gran incógnita es quién y cómo manejará estos aparatos de vídeo y audio, pues puede ocurrir que los propios encargados de que no se cometan infracciones sean los primeros en incumplir el reglamento de tráfico si tienen que atender al volante, la grabadora y todo lo demás...