LA GUERRA ¿QUE GUERRA?

Me cuenta un amigo que, a su vez, tiene contactos en la calle Génova, que en la sede del PP están muy contentos con la polémica sobre los prolegómenos de la guerra de Irak. Extrañado en principio, dada mi natural ingenuidad, me informa el amigo que, según encuestas internas que maneja el PP, la mayoría de los españoles está tan interesado sobre la guerra de Irak como sobre la tensión entre Corea del Norte y Corea del Sur, bueno, algo más, pero que en la lista de los principales veinte asuntos que preocupan a los ciudadanos españoles no aparece. De ahí que --según me cuentan o me intoxican-- de una primera situación en la que se sugería pasar página , se ha pasado a una consigna nueva en la que se aconseja que se defienda a Aznar, porque la asociación Irak-Aznar distancia a Rajoy, y que no se deje ninguna alusión sin respuesta.

Ignoro si es veraz lo narrado, porque me fío de mi amigo, pero a saber cuáles son las intenciones de sus "gargantas profundas", aunque sí constato que los empadronados normales no parece que salgan de casa todas las mañanas con la grave preocupación de enterarse sobre lo que sucedió con los informes de la CIA y del MI16 en las vísperas de la guerra.

El espíritu está pronto, pero la carne es flaca, ya lo dijo el de Galilea, y los seres humanos somos gente egoísta a los que nos cuesta mucho entusiasmarnos por las grandes cuestiones éticas. Nos podemos apasionar por la cercanía rival de un equipo de fútbol o por la proximidad de un nacionalismo que se contrapone al nuestro, o por la linde de una finca o por el agravio de una subvención al vecino, pero menos por los grandes ideales y su proyección internacional.

A finales de los años sesenta de la pasada centuria, a un gobernador civil tecnócrata, recién nombrado, que sustituía a un viejo falangista, le dijeron que había que hacer un acto conmemorativo en la provincia, sobre la guerra. Y preguntó "¿Qué guerra?".

*Escritor y periodista