Como buen turista digital, se me ocurrió recorrer los vericuetos de internet, a ver qué decían la peña, los mercenarios de las redes sociales y los trolls en general sobre la situación, el nuevo Gobierno y todo eso. Acabé cansado (¡cuánto escribe el personal!) y aburrido, pero al menos saqué varias conclusiones.

La presencia de numerosas mujeres en el ejecutivo de Sánchez ha provocado la réplica del habitual magma machista (incluyendo ahí a los que dicen: yo no soy machista, pero...). El argumentario de semejante manada da bastante grima, resulta muy reiterativo y revela una curiosa microvirilidad (dicho sea en términos cualitativos, aunque también cuantitativos) por parte de quienes se ponen de los nervios al oír lo de Consejo de Ministras y Ministros. Pobres tipos.

También me ha parecido significativa la reacción de gentes de la izquierda-izquierda ante el nuevo Gabinete. El relativo centrismo que sugiere su composición ha sido considerado por los más puros un simple alineamiento con el ultraliberalismo en boga, en una contraofensiva setentayochista más sutil y peligrosa que la llevada a cabo por Rajoy&Cía. Algunos comentaristas, blogueros y agitadores de las redes han dado a entender que, de alguna manera, el PSOE se puso de acuerdo con el PP (lo de siempre) para escenificar un aparente giro destinado a recuperar el bipartidismo. ¡Fiuuuu!

Sin embargo, pocos internautas identificados con ambas derechas (la vieja y la nueva) se han mostrado amables con el Ejecutivo Sánchez. En el PP sangran por la herida, pero se les ve desconcertados y se han replegado consolándose con el dicho (dudoso pero manido) de que toda crisis propone una oportunidad. Los de Ciudadanos, más enfadados si cabe, sólo saben repetir por doquier que es preciso convocar elecciones ya, como si no hubiésemos votado hace dos años y el actual Gobierno no emanase (al igual que el anterior) de aquellos resultados.

En el guirigay de internet, la mayoría de quienes atacan a Pedro le enaltecen. Otra baza para él.