Pues a mí me gusta Patxi López. Claro que no estoy afiliada al PSOE y da igual lo que a mí me parezca bien, pero si yo me planteara en algún momento votar socialista, a lo mejor preferiría al mando del partido a un hombre con experiencia de gobierno (en el País Vasco lo hizo bien como lehendakari, y mira que era difícil). Y, sobre todo, un hombre con experiencia en las complejidades de la política, entendida como un juego en el que se cede un poco para conseguir un poco todos los días. Del debate entre los candidatos del PSOE no me gustó el odio africano que se tienen Susana Díaz y Pedro Sánchez, que augura que en caso de triunfar uno de los dos (como apuntan los avales conseguidos) la mitad “perdedora” del PSOE será pasada a cuchillo. ¿De verdad quiere el partido pasar, además de por lo que ya está pasando, por el proceso subsiguiente de venganza y rencor? Después de ver a Díaz y Sánchez el lunes, me temo lo peor. Así que como espectadora desde fuera, si yo fuera militante del PSOE y tuviera que votar por uno de los tres candidatos, lo haría por el único que parece que busca la unidad. Pensaría, tal vez, que el objetivo de todo partido debería ser alcanzar el poder para cambiar las cosas, no desangrarse abierto en canal delante de sus competidores políticos. Los casi cinco millones y medio de personas que votaron por la opción socialista en las últimas elecciones seguro que no están en esta guerra de “y tú más”. Por eso, si yo fuera militante, pensaría con la cabeza fría, dado que dos de sus tres líderes no son capaces de hacerlo.

*Periodista