A Oscar Wilde se le atribuye la advertencia sobre que solamente hay una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen. Reconvertida por folclóricas y asesores de imagen, a partes iguales, en la sentencia sobre la virtud de que hablen de uno aunque sea para mal

Sólo queda un 0,8% de los madrileños que no conoce a Isabel Díaz Ayuso según el último CIS preelectoral y un 0,9% que no sabe quién es Pablo Iglesias. Votantes a los que además de a una encuesta de intención de voto yo sometería a una larga entrevista para saber cómo consiguen evadirse de la realidad y crear un mundo propio alejado de los protagonistas públicos que a los demás nos resultan más familiares que nuestros primos segundos. En el otro extremo del grado de conocimiento se encuentra la candidata de Más Madrid, Mónica García, abanderada del sector sanitario durante la pandemia con un 57% y Edmundo Bal con un 66%, recién llegado a este terreno desde la portavocía de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados. Levantar un buen resultado electoral con la mitad de los posibles votantes ignorando tu existencia es realmente empezar en una posición de salida desventajosa difícil de superar en apenas un mes de campaña y precampaña. De ahí que la estrategia del par Ayuso-Iglesias ha sido siempre la de la visibilidad, en el caso de la primera a mayor velocidad de su verdadero antagonista, devorando platós mañaneros en las televisiones generalistas, suplementos dominicales, o la red más vacía de contenido como es Instagram.

Si atendemos a los candidatos más valorados en este sondeo preelectoral, el soso, serio y formal que encabeza la candidatura del PSOE, Ángel Gabilondo, es el mejor valorado con una nota de 5,6 seguido por Mónica García con un 5,4 que son los únicos que superan el aprobado. Deben estar en aquello de «queredme menos pero votadme más» como decían tanto Adolfo Suárez como Julio Anguita. Díaz Ayuso se queda en el insuficiente muy alto 4,9, y no hay más que recordar que en las elecciones pandémicas los gestores de las mismas más que salir perjudicados en sus reválidas han salido reforzados. En poco más de un tres en su valoración se quedan la candidata de Vox, Rocío Monasterio, con un perfil inquietantemente bajo en estos primeros días desde la convocatoria electoral y el exvicepresidente del gobierno Pablo Iglesias. El efecto Podemos no parece que insufle la suficiente fuerza esta vez para levantar el anonimato de su grupo en la Asamblea esta legislatura, y desconfíen de la pasividad, hasta el momento, de la ultraderecha porque las campañas electorales se les dan especialmente bien sobre todo las digitales.