En la resaca de una cumbre que sólo se ha glosado a si misma, nos quedamos un poco pasmados, sin saber qué traerá, si es que trae algo. En la resaca de una cumbre un poco virtual, nos quedamos contentos con el mero hecho de que se haya celebrado en Zaragoza, junto al belén. Virtual: quizá es que las cumbres son así, es un género raro, al que no estamos acostumbrados. Se espera alguna noticia durante unas horas... y no hay nada. Balbuceos, bizantinismos, medios gestos diplomáticos que han de ser interpretados, analizados... Nos quedamos con las metáforas, los detalles, cada cual con el que le convenga. Nos quedamos con una insignia, un buen rollito sin contenido, tampoco vacío del todo, en fin. Se ha calibrado, ha salido bien, nadie se ha puesto enfermo, no ha habido contratiempos... excepto el mal rollismo de no poder ver la catedral de la Seo, la monserga curil rancia de siempre, tan distante de sus propias bases y de la vida real, el talante arisco del prelado que jamás pronunció una sílaba contra el trasvase, la Seo pagada con dinero de todos. Y bien a gusto. En fin, una cumbre para recordarnos que ZP piensa en Zgz/Aragón más de lo que reflejan los presupuestos, que ha habido que arrancar cuatro perras con forceps. Una cumbre para recordarnos que estamos solos, como siempre, quizá un poco menos porque no hay trasvase, pero que nadie tiene el menor interés en hacer esas grandes líneas europeas por el pirineo central, más vale que nos hagamos a la idea: cuando se susurra a mala gana que para dentro de veinte o veinticinco años, ba blu bli, una cosa estratégica, es que le quieren echar el marrón a sus respectivos sucesores, que pasan del tema. Cuando alguien quiere inaugurar algo, lo hace a toda velocidad, lo licita, lo estudia y lo clava en los presupuestos, incluyendo la parte de Europa. Si no hay tren a París, si no hay Canfranc, no nos interesa demasiado la constitución que nos están inyectando por todos los poros. Una cosa va con otra. Ha de haber un ten con ten (un tren). Reanudamos la normal normalité, y vemos que hemos de ponernos las superpilas atómicas, utilizar el modelo Pla-Za como ejemplo y lanzadera y armar cuanto antes una fundación, corporación o lo que sea para empezar a poner el Canfranc a punto. Y/o a empezar con este trozo del Vignemale. Para que cuando los estados cefalópodos reaccionen, que esté ya la cosa en marcha.

*Escritor y periodista