La lluvia de recursos que estos días tienen que ver las distintas juntas electorales para dilucidar si la actuación de un político, de la derecha o de la izquierda, se inmiscuye en la campaña para el 14-M, no es muy adecuada. En primer lugar debería haber un acuerdo previo de los partidos para evitar ese arbitrio electoral que, además, falla de distintas maneras. Así ocurrió ayer, cuando la Junta Electoral de Huesca prohibió al ministro Alvarez Cascos colocar la primera piedra del aeropuerto de Monflorite y luego, la junta central, la misma que anuló la campaña antitrasvase del Gobierno de Aragón, lo autorizó. Si inicialmente hay un compromiso político e institucional para evitar todo este tipo de tiras y aflojas se evitará, además, que existan distintos criterios. En nada beneficia ni a las instituciones ni a los partidos que unos actos de pura gestión política se mezclen con los electorales. Cada cosa tiene su tiempo y su lugar.