El empeño de Zaragoza en ser sede organizadora de la Exposición Internacional del 2008 parece haberse canalizado de forma definitiva no sólo en lo referido a los trabajos de promoción y puesta a punto en la propia capital aragonesa, sino también en lo que respecta al compromiso del Gobierno central y de las más altas instancias del Estado español. La Expo está ganando credibilidad.

La visita de los delegados del BIE (entidad organizadora de este tipo de acontecimientos) se produce en un momento particularmente favorable porque las instituciones locales y regionales directamente interesadas en hacer la Expo sintonizan políticamente con el nuevo Gobierno de España, el cual, a su vez, se encuentra en plena tormenta de ideas y actos. Sin desmerecer del compromiso que previamente había adquirido en el mismo sentido el Ejecutivo de Aznar, la situación actual hace más factible e interesante la organización de una Exposición Internacional en Zaragoza. Ello se ha notado rápidamente en la intensa movilización que se produjo ayer en Madrid para apoyar la candidatura aragonesa. Así, conforme se acerca el momento decisivo de la elección de sede, nuestras opciones parecen ir en ascenso.