El sábado empieza la convivencia entre las personas y los perros dentro del autobús, del tranvía y en las zonas verdes en las que se pueden dejar sueltos en unas horas determinadas. El ayuntamiento y las empresas de transporte van a tener que hilar fino porque es un tema que puede llegar a provocar fácilmente algún choque entre los dueños de los animales y los que tendrán que estar junto a ellos aunque solo sea unos minutos. Unos y otros deben saber respetar las condiciones que marca la ordenanza. En otras ciudades ya existe esta convivencia por lo que aquí no deberían saltar chispas.