Crónicas Marcianas marca el inicio del curso. Hasta que no vuelve Javier Sardá a su mesa/escenario el país no arranca. La prueba es que ZP ha esperado a este día de estreno para hacerse la foto con esos hombretones desorientados que han de velar por las empresas de sus países. Ah, quién fuera rico para irse de rally por Europa y no tener que estar todo el día viendo la tele. Los millonarios son los únicos que pueden permitirse no ver la tele ni aparecer en ella. Los únicos que pueden permitirse el lujo de leer sin que les importune el mundo exterior, que a estas alturas suele ser la factura de las vacaciones. La morosidad hipotecaria sigue cayendo en España y ése es el mayor aval para el Gobierno de Aznar, que hasta ha succionado póstumamente el crudo del Prestige.

Lo más urgente que ha de hacer ZP--ERC después de echar un AVE a Teruel es abaratar el divorcio: una especie de ventanilla única. Las teles incitan a operarse sin parar, a separarse, a tener coches de lujo sin trabajar, a acostarse con futbolistas y/o vedettes and toreros para poderlo contar en las teles... O sea, las teles incitan a hacer lo que siempre han querido hacer los humanos y sólo unos pocos/as se habían atrevido. Vivir la vida disipada, pasarlo bien, cambiar de pareja como de camisa, echar polvos y carreras de autos por toda Europa sin sufrir ese estrés malsano que persigue a Carlos Sáinz... Y por eso está todo tan revuelto en los hogares y las escuelas de España. Y por eso la comisión de sabios de la tele pública, hasta que no pase por quirófano ella misma, estará de los nervios y no entenderá nada. En vez de regalar libros de texto ZP tendrá que subvencionar quirófanos plásticos o, siendo puritano, tablets PC y conexiones de banda ancha para que las familias, además de la hipoteRca (mínima morosidad) puedan pagar esas tarifas que impone la monopolicie de Telefónica.

Al sector de los libros de texto, como a tantos otros, le interesa muchísimo que internet sea caro y lento. La palabra Google pone de los nervios a medio stablishment. Lo único que puede sujetar a una población más ávida de hedonismo que de heroismo --¡ya hemos sufrido bastante!-- es invocar otra guerra fría, el terrorismo mundial, el mismo apocalipsis de siempre. Por eso Sardá y su circo prodigioso hacen un programa subversivo.

*Escritor y periodista