El concejal Pablo Híjar es tan mandón que ayer hasta sacó de quicio al alcalde. Estaba discutiendo y Santisteve le mandó volver a su asiento varias veces; la última fue en tono elevado: «Concejal Híjar, siéntese». «No», respondió. «A mí, ni el alcalde me manda sentar». ¿Y la educación?.