El honor es mi divisa

Son gente especial, como el coronel y el general. La Guardia Civil está por encima de la política. Ser guardia civil es vocacional. No ganan mucho dinero, tienen destinos casi siempre lejos de su casa, el nivel de riesgo en su trabajo es alto, pero, aun así, siempre están ahí, como han demostrado esta pandemia, donde ha habido cientos de contagiados, así como por desgracia fallecidos. Sin equipos de protección adecuados, con riesgo para ellos y sus familias, salían a trabajar y cumplir con su obligación por encima de todo.

El Gobierno se piensa que las fuerzas y cuerpos de seguridad las puede manejar a su antojo, pero se equivoca. Siempre quedan hombres con honor, hombres con dignidad, hombres y mujeres que darían su vida por el ciudadano, que darían su vida por su país, que darían su vida por su uniforme.

Una vez escuché que no hay que tener miedo a la muerte, lo que hay que tener miedo es a morir sin honor. Es parecido al lema de la Guardia Civil: El honor es mi divisa.

Los políticos, en teoría, son los que nos representan, pero yo me siento más identificado con estos miles de hombres y mujeres que con su ejemplo diario, con su profesionalidad, hacen de este país un lugar mejor.

El ministro del Interior ya no se acuerda que, gracias a esa profesionalidad, le han salvado la vida muchas veces cuando estaba amenazado por ETA, como por ejemplo cuando iban a atentar contra él cuando veraneaba en un pueblo de La Rioja. Si esas personas hubieran sido pusilánimes, si hubieran titubeado, si no hubieran sido profesionales, el desenlace hubiera resultado catastrófico.

El gesto del director adjunto operativo de dimitir le honra y es un ejemplo para todos.

Tengo el honor de defender a una asociación de guardias civiles, Jucil, y me doy cuenta de que, dentro de la responsabilidad que conlleva, con su forma de ser, con su forma de trabajar, son ejemplo diario para todas las personas que tenemos vocación de servicio, y que, el honor tiene que ser la columna vertebral de nuestra vida.

*Abogado