Dentro de unas horas Zaragoza se juega en París su futuro más inmediato: una inversión de 1.500 millones de euros que puede generar 21.000 nuevos puestos de trabajo y un importante despegue demográfico. La decisión del BIE esta tarde puede ser la mundial para Aragón, pues si la tasa de paro (7,20) está rozando lo que se considera paro cero se puede decir que para hacer las grandes obras tendrá que venir toda la mano de obra. ¡Qué grato estremecimiento produce pensar que Zaragoza se abrirá de par en par para recibir a miles de trabajadores y a sus familias!

La de hoy es otra de esas jornadas en la que los aragoneses necesitamos rozarnos para sentirnos fuertes, darnos ánimos, desearnos suerte y procurarnos calorcito, por si al final las cosas se tuercen. Probablemente somos pocos, pero en los últimos tiempos nos hemos demostrado que si estamos juntos, que si defendemos con empeño aquello en lo que creemos, somos muy fuertes.

Si la suerte nos viene de cara hay que saber aprovechar la oportunidad hasta la última gota. Desde ya mismo hay que trabajar no sólo pensando en el día de la inauguración de la Exposición Internacional de Zaragoza sino en el día que cierre las puertas. La Expo no puede ser sólo flor de un trimestre, y no lo será si, por poner sólo un ejemplo, la Universidad de Zaragoza se pone también las pilas y trabaja en la misma dirección que define el proyecto de la Expo para que Zaragoza pudiera ser en el futuro referente científico en cuestión hidrológica.

Hasta la última gota.

*Periodista