El otro día intenté darle una vuelta a lo de la responsabildiad colectiva (porque ya estoy un poco hartico de que todo caiga sobre las espaldas de los cargos electos, con o sin motivo)... y se armó la de Dios. Pero yo tan tranquilo, porque sufro poco y tengo mucha tolerancia. Sin embargo sigo preocupado con el tema por un principio de estricto equilibrio. Pocas personas han sido más críticas que servidor con la actividad institucional y fáctica desarrollada en Aragón; no obstante dispongo de ojos y oídos para captar la huelga de mentes y brazos caídos que paraliza a la sociedad española en general y a la aragonesa en particular. Tengo la sensación de que la mayoría ciudadana, aunque no participa en la corrupta orgía de las élites, ha decidido replicar a los rescates (de cajas, de autopistas, de contratas y concesiones), el fraude fiscal a gran escala, las puertas giratorias y otras guarradas de alto nivel con un abandono de cualquier sentido del deber.

El resultado final es un país irresponsable, ineficiente y muy caro. Caro, carísimo. Para compensar a una sociedad escamada por tanto saqueo y mentira, los jefes se lo gastan en paridas, escaparates y entretenimientos. Nos miman la vagancia.

Fuera la vida en común es mucho más barata. Les pongo un ejemplo bien sencillo: ¿ustedes creen que por ahí recogen la basura todas las noches? Ni de coña. En Alemania o Suiza eso ocurre una vez a la semana en el mejor de los casos, y la selección previa de los diversos residuos se ha de llevar a ratajabla. Claro que allí tampoco existe el mamoneo de las concesionarias ni las contratas privadas a lo Gran Capitán.

Trabajos públicos (y privados, ojo) mal acabados que exigen costosos mantenimientos, infraestructuras sin uso, funcionarios absentistas, profesionales deseosos de coger las de Villadiego porque se cansan, técnicos con competencias exclusivas que no se responsabilizan de lo que firman, usuarios abusones... Eso sí, todo el mundo exigiendo a gritos derechos y concesiones, pretendiendo ventajas sobre el vecino, despreciando la política... Ya verás, ya.