La huelga de médicos especialistas en Aragón es una incógnita de cara a la semana próxima, ya que ha entrado en una dinámica perversa después de que la Mesa Sectorial de la Sanidad haya aceptado negociar un nuevo modelo retributivo. En teoría, la responsabilidad adquirida por la sectorial debería ser una garantía para la resolución del conflicto, ya que está integrada por diez representantes de la Administración y diez de los sindicatos --incluido el que convocó la huelga--, y ha exigido el fin de los paros para poder negociar sin presiones. Pero esta garantía aparenta ser muy vulnerable, ya que la exigencia de abandonar los paros ha radicalizado aún más la postura de los facultativos.

Los médicos buscan una mínima compensación a la exclusividad, y se niegan a desconvocar la huelga hasta tanto no exista un acuerdo de mutua confianza entre las partes. Es razonable, tanto como el argumento de los mediadores, que no quieren negociar bajo presiones. Si el modelo retributivo no es el adecuado, como ha quedado claro, habrá que cambiar el concepto de exclusividad, y no tendría que resultar tan difícil partir de este principio para que los pacientes que están citados el lunes sean atendidos como merecen.