Mientras la factoría de prefabricados para la construcción Alvisa prepara el cierre de su factoría en Huesca, otras dos empresas ubicadas en dicha capital, Mildred e Industrias Luna, atraviesan un momento muy delicado que también hace temer por su futuro. La industria oscense sigue una imparable cuesta abajo. No es extraño por ello que la provincia altoaragonesa ocupe el tercer lugar en el indeseable ránking de las provincias españolas con menor crecimiento.

¿Qué está sucediendo en Huesca? ¿En qué medida pueden las instituciones locales y regionales frenar esa desindustrialización galopante? ¿Serán suficientes iniciativas puntuales como Walka para compensar lo que se pierde por otro lado? Los interrogantes están en el aire. A priori, y haciendo salvedad de las deficientes infraestructuras en materia de comunicaciones y servicios que ha sufrido endémicamente el territorio oscense y su capital, estamos hablando de una zona y una ciudad con buenas posibilidades. Incluso algunos de los déficits históricos están superándose (autovía a Zaragoza, nueva línea férrea, etcétera). Es hora pues de que la sociedad y las instituciones de Huesca analicen la evolución de los acontecimientos y tomen medidas para evitar lo peor.