El traslado de la sede del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) al edificio de los antiguos juzgados de la plaza del Pilar de Zaragoza no solo favorece la centralización de unas oficinas, hasta ahora repartidas. Permite también sacar rentabilidad de ubicación a un órgano que recibe abundante público. Y no deja de ser importante desde la perspectiva ciudadana la recuperación de una actividad en un entorno que había sufrido una decaída desde la marcha de los juzgados a la Ciudad de la Justicia. Los negocios están ilusionados, Un edificio emblemático debe ofrecer usos ciudadanos.