El líder de Podemos, Nacho Escartín, empezó a hablar ayer de derogar el impuesto sobre contaminación de aguas, el polémico ICA. Esto supone un giro político teniendo en cuenta que lo que acordó con el PSOE fue que se negociaría una reforma en la que Zaragoza siguiera saliendo beneficiada. Ahora se endurecen las posturas de un asunto que nació con un plan de depuración mal resuelto, que tiene un montón de sospechas (está pendiente una comisión de investigación parlamentaria) y que tiene un final incierto. Podemos (ayuntamiento) y PSOE deben ser capaces de aclararlo.