La moción de censura ha servido fundamentalmente para debatir sobre uno de los temas más preocupantes e inquietantes, esa persistente corrupción que azota al país y a sus instituciones en todos los niveles administrativos y en casi todas nuestras geografías. El otro objetivo, el principal, el de plantear una alternativa razonable al actual Gobierno, funcionó bien desde el punto de vista de los partidos que arropaban al candidato Pablo Iglesias, pero no funcionó para el resto de los diputados, que, en amplia mayoría, se abstuvieron o votaron en contra, legitimando así la permanencia, hasta el término de la legislatura, de un Mariano Rajoy que en ningún momento corrió el peligro de ver amenazado su cargo.

La intervención de Iglesias suponía una buena oportunidad para que Unidos Podemos presentaran una oferta gubernamental. Una ocasión excelente para que los españoles pudieran visualizar un futuro gobierno presidido por Iglesias y sustentado por otros partidos de izquierda y nacionalistas.

Para despejar, por ejemplo, la duda razonable de si ese hipotético gobierno respetaría la Monarquía o votaría por su abolición. Para explicarnos si, una vez instalada la República, sería federalista o plurinacional. Esto es, si Podemos apostaría por una absoluta igualdad entre los territorios (actuales Comunidades Autónomas) o privilegiaría con diferente trato a la Cataluña que aspira a la independencia o a ese País Vasco que pretende seguir incrementando sus privilegios económicos, muy superiores a la media territorial.

El Estado plurinacional de Iglesias (y de Pedro Sánchez) ¿implicaría la reconversión de todas las Comunidades Autónomas en futuras naciones? ¿Murcia será nación, como Aragón y Asturias, como Extremadura y la Rioja? ¿Melilla y Ceuta serán ciudades-estado, o naciones dentro de otra nación (¿cuál?), o quizá solo colonias de la nación andaluza o la nación marroquí?

Respecto a la economía, ¿va a nacionalizar algo Podemos? ¿Los bancos, las materias primas, la industria pesada, los aeropuertos, las autopistas, las televisiones, las eléctricas, las empresas de telefonía? ¿Y cómo va a crear empleo? ¿Apoyando a las empresas privadas o convocando nuevas oposiciones para incrementar el número de funcionarios?

Demasiadas preguntas sin respuesta en un moción resuelta con un no.