Quizá estemos mejorando nuestro karma colectivo y sumando importantes dosis de autoestima, y haber conquistado la Expo 2008 sea una señal. Quizá peleas comunes contra el trasvase o contra la guerra, nos hicieran descubrir de nuevo la sensación de colectivo, las ganas de salir a calle a festejar, a construir, de estar juntos a favor de algo después de tanto tiempo defendiéndonos. Ahora estamos frente a la oportunidad que hace tiempo nos debían de recibir apoyo y dinero, de mejorar nuestra condición material de ciudad, de ganar tiempo, porque de perderlo ya sabemos mucho por voluntad propia e imposición ajena. Puede ser ilusión provinciana, pero de pronto empezamos a sentir un objetivo común de mucha gente, presencia mediática en el resto de España, inversiones y apoyos. Una sensación leve y volátil pero cierta de tener una oportunidad. Decía Freud que "cuanto más magnífica la posibilidad, menor la certeza y mayor la pasión". De materias tan volubles como estas están hechas las ilusiones. Solo por recuperar las riberas, crear empleo y mejorar en infraestructuras ya estaría bien nuestra apuesta, pero debemos lograr también una ciudad mas justa, igualitaria y culta.