El fallo del Tribunal Constitucional abre la puerta a la reforma del impuesto municipal sobre las plusvalías, la revalorización que sufre una propiedad al ser vendida. La crisis desvirtuó este impuesto, ya que en algunos casos no había beneficio al vender (respecto a la compra) sino pérdidas. La modificación legislativa estatal se antoja necesaria y resuelta con agilidad, ya que como en el caso de Zaragoza, los impuestos por este concepto suponen una parte muy importante de su ingresos y que deberá seguir aplicando hasta que cambie la ley. La retroactividad pende sobre el tributo.