Deberíamos reflexionar sobre la justicia de los impuestos, de cómo afectan a las diferentes capas sociales de la sociedad y cuál es la definición por la que se rigen para convertirse en objetivos.

Seguro que estaríamos en un equilibrio de porcentajes sobre el desacuerdo en la aplicación de los impuestos, no es posible establecer un criterio homogéneo sobre los mismos y esto que es normal en la conciencia de cada ciudadano, también lo es en lo que corresponde a cada uno de su participación en los mismos.

Yo considero que la progresividad que existe en el impuesto de la renta de las personas físicas, también debería establecerse para el impuesto de sociedades de las empresas, pues no es lo mismo lo que debe corresponder a una tienda familiar de alimentación, por ejemplo, que a una multinacional, pues la progresión en los beneficios también es muy diferente, incluso en la primera, casi es un despropósito denominarlos así.

En esta parte del artículo, todos ustedes pensarán en cual es el propósito final del mismo, puesto que a estas alturas, las obviedades escritas, puede que no tengan muchos discrepantes al respecto, pero es que se ha abierto un debate, primero de nuestra comunidad, Aragón, y a continuación a nivel nacional, sobre una donación que Amancio Ortega ha hecho a la sanidad aragonesa, 10 millones de euros, y una asociación que defiende la sanidad pública, se ha proclamado como adalid de la procedencia de los recursos económicos a esta; es curioso que viviendo una democracia, plena de libertades, confundamos los papeles que le corresponden ejercer a cada uno.

La cantidad de impuestos a pagar por cada individuo u organización, es algo que define el ejecutivo y aprueba el legislativo y nos corresponde a cada uno de nosotros responder en toda legalidad a estas normativas y a partir de ahí, cada uno hará con lo suyo lo que mejor le parezca.

Claro, parece que la denuncia se corresponde a que los Amancios Ortegas de turno deberían pagar más impuestos, y se me ocurre que sería más eficaz demandárselo al Gobierno, que lo hará o no de acuerdo con su programa electoral y el respaldo ciudadano que haya tenido, porque demandárselo al susodicho donante de los 10 millones de euros, me parece cuánto menos esperpéntico.

OTRA COSA SERÍA que esta asociación lo que estuviese diciendo es que Amancio Ortega no paga sus impuestos y a cambio hace donaciones. Entonces, yo les recomendaría que lo eficaz y responsable es ir a la justicia a denunciar el caso.

También podría suceder que el gobierno de turno, en este caso el de Aragón, pensase que si recibe 10 millones de euros que no tenía previsto en sus presupuestos, podría ahorrarlos de sus previsiones y destinarlos a otros fines, quizás a lo que está más de moda hoy, a disminuir el déficit. Pero esto no lo he leído en ningún sitio, lo único que parece ser una disconformidad, es que aunque alguien quiera que los servicios sanitarios públicos, sean mejores para todos nosotros, los ciudadanos, nos pongamos dignos, porque los fondos no solo provienen de los impuestos, sino además de quien desea devolver parte de lo recibido a la sociedad que pertenece.

Pero podemos incluso ir más allá, si consideramos tan indigno a Amancio Ortega por lo rico que es, podíamos también denunciar que no deseamos que tenga sus instalaciones de logística en Zaragoza, en concreto en Plaza, y que se lleve los 1.200 puestos de trabajo que ocupan a otros tantos vecinos aragoneses a otro lugar, pero creo que no se trata de eso, ahí parece que hace lo adecuado.

Señores dignos reclamantes del funcionamiento de la sanidad pública aragonesas y el origen de sus fondos: ¿no sería mejor que se analizase cómo repercute la mejora de los servicios en los ciudadanos con esa conciencia solidaria, que parece nos escandaliza? Creo que los fines que buscamos cada uno en la defensa de nuestra propia definición, deberían no derivarse hacía otros caminos que no solo no aportan nada, además empeoran los medios y alejan la participación ciudadana.

Si ustedes lo que defienden es que haya una sanidad pública para todos, me tendrán a su lado, pero no se extralimiten en hacer un totum revolutum de defensas dispares, pues debo decirles, que al final no serán capaces de discernir la realidad de los objetivos a alcanzar. Que deseen que los impuestos responden a otras características, perfecto, es posible que igual también esté con ustedes, pero esa es otra asociación con otros objetivos.

*Presidente de Aragonex