En declaraciones a este periódico, el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, dijo que nada hay decidido sobre el posible incremento de algunos impuestos autonómicos y la implantación del copago sanitario. No es mucho decir, porque la subida tampoco ha sido desmentida. Por lo cual es lógico que desde la oposición surjan voces exigiendo claridad al respecto. Tras los notables incrementos fiscales decididos por el Ayuntamiento de Zaragoza y otros municipios, la ciudadanía empieza a alarmarse. Más aún cuando al mismo tiempo siguen siendo constantes las ventas y reclasificaciones de suelo público urbanizable con el fin de financiar a las distintas administraciones.

Desde el Gobierno autonómico y desde los principales gobiernos locales de la comunidad, el PSOE aragonés está jugando una partida en la que, a falta ya del trasvase como gran factor de movilización social, la política del día a día se ha convertido en un factor determinante. En este sentido, subir los impuestos por doquier, o amagar con hacerlo, puede convertirse en un temible bumerán; más todavía si tan indeseables aumentos no van acompañados ni de mejores servicios ni de una reducción del exagerado gasto corriente de las instituciones.