Al fin, la luz se hizo. Porque estábamos equivocados. ¡A santo de qué hemos tenido a sus señorías, los jueces del Supremo, perdiendo el tiempo y la cabeza! ¡Y luego nos viene el tal Sánchez (alias El Okupa, Falconetti y Doctor Cum Fraude) a fardar encajándoles a los bancos el impuesto de las hipotecas! Con lo fácil que es resolver el problema: se elimina el dichoso gravamen... y ya está. Lo mismo con el de Sucesiones o Donaciones, como ha propuesto el Gran Casado. ¿Que eso reduce de forma alarmante los ingresos de las comunidades autónomas? ¡Vaya problema! Se suprimen las autonomías, como reclama el valiente Abascal. Está chupado.

Poner impuestos a los bancos, las eléctricas, las petroleras o las inmobiliarias es tontería, pues los acaban repercutiendo en la clientela. Además, esas estupendas sociedades anónimas crean riqueza y puestos de trabajo, nos proveen del techo que nos cobija, nos alumbran en la noche y nos proporcionan el combustible de nuestros automóviles (si es posible con motor diésel, y ojo con ponerle más cargas tributarias a tan maravilloso líquido).

La presión fiscal y la lucha contra el fraude (salvo si se trata del IRPF, salvando siempre su tramo superior) no solo no sirven para nada, sino que son contraproducentes. Lo advierten todos los economistas de bien y de orden. Pasa lo mismo con los sueldos, que su aumento solo genera paro y desgracias. ¡A quién se le ocurre fijar el salario mínimo interprofesional (SMI) en 900 eurazos! Obligados a semejante dispendio, los empresarios tendrán que reducir plantilla, no podrán renovar el mercedes, dejarán de hacer gasto en la hostelería y todo se irá al garete. En cambio, bajando el SMI y cualquier otro estipendio (salvo los de los altos directivos, por supuesto) descenderá el paro y habrá alegría. ¡Alegría! Y el que quiera triunfar en la vida, que se haga futbolista o modelo.

Progres y comunistas dirán que así se acaba con el Estado (de Derecho y del Bienestar). Fake, fake. Al verdadero Estado solo lo atacan los socialistas, populistas, separatistas y demás traidores. Viva Trump.