Varios tramos de la zona de Monrepós se abrieron ayer al tráfico en la A-23, impulsando una obra fundamental en la vertebración territorial aragonesa, ya que conecta el Mediterráneo con el Pirineo, atravesando todo Aragón. Bienvenida sea la nueva infraestructura, que deja a Jaca a 80 minutos de Zaragoza, lo que favorece el turismo. El esfuerzo inversor ha sido alto, pero su desarrollo hay que reconocer que se ha dilatado en varias décadas. Y la comunicación con Francia, tras el túnel del Somport, está pendiente y hay que seguir demandando. Porque la vía es internacional.