A partir del derrumbamiento de la Unión Soviética, del traslado del régimen chino al capitalismo oligárquico de Estado, de la hegemonía del capitalismo financiero de casino y de la irrupción de los paradigmas poscontemporáneos, muchos teóricos conservadores han querido dar por acabada la Historia. Fin de las contradicciones de clase y del protagonismo de las masas. Todo ha cambiado. Y más desde el crash de hace diez años, cuando los contribuyentes occidentales hubieron de salvar a los tahures de Wall Street (y de las cajas de ahorro y bancos españoles), poniendo el erario a disposición de quienes llevan tiempo negándose a pagar impuestos dignos de tal nombre.

Ahora, los profetas del cambio salen a los caminos de internet para predicar el fin de la dulce y tradicional alternancia entre socialdemócratas amables y conservadores moderados. Se acabaron las izquierdas y las derechas. Surgen nuevos movimientos a partir de un espectro ideológico fracturado y recompuesto, donde las utopías transformadoras democráticas y socialistas se han quedado sin sitio... No lo tengo nada claro. Pero lo que sí resulta evidente es que los estados de derecho y del bienestar andan de capa caída. La alt right norteamericana y la extrema derecha europea, pero también, como dice el paleoconservador Steve Bannon, Putín o el chino Xi Jinping, representan el renacimiento de un nacionalismo que pone en cuestión la naturaleza de la globalización. El tal Bannon, exasesor de Trump, ha desembarcado en la UE y se ha puesto al servicio de los eurófobos y parafascistas del Viejo Continente. Para él, como para otros de su calaña, la democracia de sufragio universal no tiene sentido porque pone decisiones muy importantes en manos de gente que carece del conocimiento preciso para saber qué hacer.

En España estas ideas van calando en los grupos sociales imbuidos por esa línea de pensamiento (por llamarlo de alguna forma) que procede de los reaccionarios del siglo XIX, de la Restauración y del franquismo. Y mientras, las izquierdas sin saber qué pensar ni qué hacer.