El régimen del presidente Víktor Yanukóvich está siendo desmantelado con la presión de la calle, la legalidad del Parlamento y el pacto propuesto por la Unión Europea. La violencia ha cesado y los familiares de las víctimas han podido enterrar a sus muertos. La liberación de Yulia Timoshenko, el símbolo de la fracasada revolución naranja del 2004, da a la revuelta de ahora un rostro conocido del que carecía hasta el momento. Sin embargo, las sombras y los interrogantes sobre el proceso que se desarrolla con gran rapidez son enormes. Lo son porque Ucrania es un país con unas características tan particulares debido a su situación geográfica (entre el mundo eslavo y el europeo occidental), y a su historia (con Kiev como cuna de Rusia), que en este territorio se juega una especie de nueva guerra fría.

En la política neoimperial de Vladímir Putin, Ucrania es la pieza más importante y no la dejará escapar fácilmente. Para Bruselas, es el colchón entre la UE y Rusia. Es su frontera más oriental con una Rusia poco de fiar y allí la UE se juega la credibilidad que la poco decidida gestión de las relaciones con Kiev ha deteriorado. El presidente Putin, ocupado con los fastos olímpicos de Sochi, ha mantenido una postura aparentemente discreta mientras se desarrollaban los acontecimientos, pero su voz no tardará en hacerse oír. El riesgo de una división del país entre la parte más oriental y la occidental existe. Ayer mismo, desde Sebastopol, la ciudad de la península de Crimea donde está alojada la flota rusa del mar Negro, se pedía la reunificación con Rusia.

GOBIERNO DE UNIDAD // En un clima de máxima incertidumbre, urge el rápido nombramiento de un nuevo Gobierno de unidad nacional en sustitución del dimitido para asegurar el orden y el cumplimiento del pacto acordado que contempla, entre otras cosas, los cambios constitucionales de acuerdo con la Constitución del 2004, con un mayor equilibrio entre presidente, Parlamento y Gobierno que anule las máximas competencias presidenciales de Yanukóvich. Y con la Carta Magna remozada, convocatoria de elecciones. El futuro de Ucrania debe estar más integrado en Europa sin que ello derive en una ruptura de sus relaciones con Rusia. Puede parecer la cuadratura del círculo, pero un caso muy parecido al de Ucrania en el pasado fue Finlandia y allí se consiguió.