Ahora resulta que las concejalías de Medio Ambiente y de Parques y Jardines de Zaragoza no son nada coherentes con lo que proclaman. Nadie entiende como las concejalas Lola Campos e Isabel López han autorizado la tala de media docena de moreras centenarias del barrio San José que debían de molestar y, en una exposición abierta en el Parque Grande, esos mismos árboles son considerados árboles singulares y, por lo tanto, totalmente protegidos. Es evidente que algo ha fallado --y mal también si las concejalas no se han enterado-- porque estas joyas medioambientales no sólo pueden serlo en una muestra. Hacen falta explicaciones.