Decía el consejero de Obras Públicas del Gobierno de Aragón, Javier Velasco, que el retraso de la estación de autobuses de Zaragoza era porque el GIF, el ente que hizo la obra grande, no le daba la titularidad del edificio y mientras tanto no podía hacer la DGA las obras de acabado final. Así las cosas, desde que en el verano del 2003 se terminara el grueso de la infraestructura, ahí ha estado parada (a pesar de lo necesaria que es para la ciudad) más por la incompetencia de la Administración que por otra cosa. Porque ahora, el mismo consejero ha acordado --con el GIF-- licitar esas obras que rematan la estación, a pesar de que la titularidad del edificio aún no es de la DGA. Para la primavera, el Ejecutivo ya será el dueño y podrá sacar a concurso la explotación de la terminal pero nadie acierta a decir cúando funcionará ya que se ha perdido mucho tiempo. Unos retrasos injustificables porque, además, desde marzo de este año el PP ya no ha sido ninguna excusa.