Lejos de atemperarse, la incontinencia verbal de los populares con el trasvase del Ebro va a más. Así se pudo comprobar ayer mismo, en un acto organizado por el PP de Andalucía, Murcia y Valencia en el que se volvieron a escuchar graves acusaciones al PSOE por frenar el aberrante proyecto hidráulico del Gobierno de Aznar. Entre otras lindezas destacan las del exministro del Interior, Angel Acebes, que, rememorando una frase de Felipe González, aseguró que el que se ha sentado ahora encima del botijo para no dejar beber a los sedientos ha sido Rodríguez Zapatero, a quien reclamó diálogo. Además de ser una sandez en toda regla, la afirmación de Acebes es doblemente irritante para un pueblo, el aragonés, que no se sienta encima de ningún botijo y que es muy solidario siempre que no sea atropellado, primero, y ultrajado, después. De hecho, nadie se ha opuesto aquí a que se empleen los fondos europeos para que las zonas con déficit de agua puedan solucionar sus problemas con fórmulas más racionales, como la desalación. En lugar de enrocarse con una plan hidrológico que no convence ni en España ni en Europa, haría bien el PP en tener más sentido de Estado y buscar el tan necesario consenso que en su día fueron incapaces de alcanzar.