El Ayuntamiento de Zaragoza ha patinado en su defensa de la guía financiada con fondos municipales para aleccionar a los consumidores de drogas en el consumo de las mismas. Lejos de tratarse de un folleto informativo de una asociación para el reparto acotado solo entre los usuarios, este periódico ha podido constatar su alegre difusión en centros municipales, casas de juventud o asociaciones de vecinos del Casco Histórico. Es decir, que el pretendido uso dirigido por profesionales del sector a un público diana no fue más que una cortina de humo de ZeC para desembarazarse del escándalo, refutando por otra parte las palabras del propio alcalde, Pedro Santisteve, que ha quedado en evidencia.

Al no asumir ayer ZeC el grave desliz, la polémica no hizo más que crecer. A la denuncia del PP, que descubrió el desaguisado, se sumó Cs, que estudia ir a los tribunales, o el propio PSOE, que habló de «torpeza». También se pronunciaron en contra colectivos de prestigio como la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, que entiende que el folleto incita al consumo. Cuando una institución yerra con un tema como el consumo de drogas no sirven ni paños calientes ni excusas inverosímiles. Solo queda replegar velas, aceptando el desatino y retirando una guía indefendible que el consistorio no debería de haber pagado sin afinar su contenido con la asociación que lo realizó y sin controlar su difusión.