Cada cual arrastra sus dudas esenciales. Tal vez ustedes no sepan en estos momentos si apuntarse a la tarifa plana de la luz o al sistema coste por horas. Yo tampoco me aclaro, salvo en una cosa: los del monopolio eléctrico, si pueden estafarme... me estafarán.

No se agobien. Piensen que las clases más favorecidas también se debaten en la incertidumbre. Ahora mismo los ricachones amantes del automovilismo lo tienen superchungo. Están epatados por la última oferta de Lamborghini. Se trata de un artefacto hecho de fibra de carbono y titanio. Ligero como una mariposa y potente como un tiranosaurio. Pesa muy poco pero lleva un motor derivado directamente de la F-1. Todo su sofisticado minimalismo está sacrificado a la velocidad. Para conducirlo a gusto es preciso alquilar un circuito.

Ahora bien, esa bella-bestia italiana tiene un competidor alemán: el Porsche 918. Propulsión híbrida mediante un V-8 atmosférico y dos motores eléctricos capaces de entregar un total de casi 900 caballos de potencia con ridículos consumos. Llega a los 300 por hora en menos de 20 segundos. Una pasada.

¿Cuál elegir? En ambos casos se fabricarán pocas unidades. Eso también ha de ser tomado en cuenta, pues a nadie que tenga gustos exclusivos le apetece ver un buga idéntico al suyo en el aparcamiento del club (financiero). Porsche venderá en España diez 918. Claro... el cacharro solo cuesta 900.000 euros. En cambio el Lamborghini se sube a dos millones y medio. Ver uno de estos será casi un milagro. Por descontado, tanto el fabricante latino como el germano tienen ya vendida la producción prevista. ¿Ven? Algo brilla al final del túnel. Es el oro de los privilegiados que reluce en medio de la oscuridad general.

Hay que tomar decisiones. Sin apuros ni complejos. Sepan que entre los coleccionables lanzados con el arranque del año hay un Lamborghini que se compra a piezas en los quioscos. Es de juguete pero lleva su motorcito de gasolina y su mando a distancia. Cómprenlo, ensámblenlo y háganlo correr por el parque. Así se olvidarán por un momento del recibo de la luz.