Según algunos lectores, CHA no sufrió el domingo caída alguna. ¡Pero si hace cinco años sacó 13.529 votos y ahora 20.625! Cierto, porque en las europeas del 2009 Chunta fue en coalición con los nacionalistas periféricos duros... y se derrumbó. Pero recordemos que en anteriores procesos electorales los aragonesistas fueron repetidamente la tercera fuerza... y hoy son la sexta. Miren despacio los resultados en Zaragoza capital: el pasado 25-M, CHA recogió 11.943 votos, en el 2004 fueron 17.063, en el 99 ¡30.200! Y adviertan Soro y los suyos, que tanto en sondeos como en papeletas contadas andan ya tonteando con porcentajes inferiores al 5%, y eso es muy peligroso. En unas municipales, el que no supera ese límite no moja.

No es fácil para casi ningún partido o coalición asumir las consecuencias y entender que el mapa político aragonés ha cambiado. El PSOE, por ejemplo, ha caído casi veinte puntos (en este caso lo de caer es literal, del 43,86% al 24,32%) respecto del 2009. Se queda por detrás de la suma del resto de la izquierda (Podemos 9,51%, IU 9,41%, CHA 4,49%). No parece que eso se pueda arreglar con un congreso extraordinario manejado una vez más por las familias del aparato.

Y aunque resulte paradójico, también IU tendrá que analizar la situación con realismo. Sí, ha funcionado como refugio del voto rojo. Sin embargo, no supo o no pudo ser la principal patrocinadora de la unidad de las izquierdas. Ahora, Podemos se ha puesto a su altura. Si en el futuro negocia con los de Pablo Iglesias tendrá que hacerlo de igual a igual, con generosidad y mucha visión estratégica. Es dudoso que la alternativa más exitosa de estas europeas sea (como sueñan los sistémicos) una estrella fugaz. Se va a quedar. Y dará mucha murga.

UPD se ha situado, aunque en menor medida de lo que ambicionaba. El PAR permanece desaparecido. El PP... tal vez haya captado que está jugando con fuego (ayer, en la reunión del Gobierno aragonés, se dejó notar la tensión). Es evidente que la derecha suma menos votos que el PSOE y las izquierdas. Todo ha cambiado. Negarlo no servirá de nada.