El consejero Lobón ha dicho que solo es un problema medioambiental, no sanitario. Infeliz manera de describir una situación crítica a más no poder. En un río habitualmente contaminado por fertilizantes y pesticidas se ha disparado la concentración de lindano, que es un veneno evidente. Pero, una vez más, las autoridades están para echar balones fuera. En varias localidades aragonesas el agua corriente ha dejado de ser potable. Bueno... --podría argumentar el amigo Modesto-- ya sabíamos que algo así iba a pasar tarde o temprano, ¿no?

Veinte años atrás, los vertidos de la empresa Inquinosa ubicada en Sabiñánigo fueron denunciados repetidamente por las organizaciones ecologistas. Análisis encargados por Greenpeace habían localizado el lindano producido por dicha factoría en el agua de los ibones pirenaicos e incluso en la leche de las vacas de aquella zona. Pero quienes lo advirtieron fueron (fuimos) denostados, insultados y considerados unos irresponsables. Poco tiempo después, agotado su ciclo productivo, Inquinosa cerró, sus cacareados puestos de trabajo desaparecieron y solo quedaron, en el entorno del Gállego, toneladas y toneladas de desechos tóxicos de imposible reciclaje. Como ya no había nadie que se hiciera cargo del desaguisados, hubo que echar mano del dinero del contribuyente (¡de quién si no!) para improvisar depósitos donde almacenar tan enorme cantidad de mierda. Decenas de millones de euros llevamos gastados en la broma. Tampoco esos depósitos se hicieron muy bien, y hace pocos días las mismas organizaciones ecologistas llamaron la atención sobre la falta de medidas de seguridad en el traslado de lindano a un nuevo vertedero. Ahora pasa lo que pasa.

¿Estamos aprendiendo algo de tan amarga lección? Lo dudo. A día de hoy, nuestras jefas y jefes contemplan impávidos la posibilidad de que vuelva a ponerse en marcha la obsoleta y peligrosa central nuclear de Garoña en la cabecera del Ebro, o ignoran hechos tan obvios como la construcción de la nueva presa de Yesa sobre laderas inestables. Y la opinión pública, en la inopia.