EL INDUCTOR

La crítica ha saludado con el acostumbrado respeto la aparición de un nuevo thriller de Lee Child, protagonizado, como los seis anteriores de la serie, por su personaje más universal: Jack Reacher, al que algunos especialistas en novela negra, policíaca o criminal han comparado, nostálgicamente, con aquel Harry el Sucio inmortalizado en la gran pantalla por Clint Eastwood. Así, por ejemplo, la revista People : "Jack Reacher es un héroe de resonancias épicas: duro, taciturno, pero a la vez vulnerable".Publishers Weekly o Literary Review , entre otras publicaciones, han elogiado El inductor (The persuader , en el original), que así se titula la novela de Child, por su potencia y ritmo narrativos. Ese fraseo relampagueante, corto, como escrito a latigazos, es, en efecto, una de las bazas de Child. Vean, si no, un ejemplo de su estilo paradigmático: "Si disparas a alguien en el pecho una bala expansiva Magnum 44 le haces un agujero del tamaño de Rhode Island. Por lo común, la muerte es instantánea. El corazón se para inmediatamente, sobre todo porque ya no está" .Esta aparente sequedad, pero colmada de imágenes rotundas, y de una acción interior que, a fin de identificar al lector con el héroe, nos propone la inmersión en el cerebro del protagonista, resulta tan eficaz o más que la propia trama de la novela. Historia, por otra parte, original y compleja, con numerosas variantes opcionales en la adivinación del culpable, cuya sombra, proyectándose desde el pasado, desde un tiempo ya casi olvidado por Reacher, comienza a iluminar el presente del investigador, y sus dudas en el avance del proceso inductivo, como un fanal en una cueva oscura.Además de sostener la trepidación del ritmo a lo largo de cuatrocientas páginas, lo cual supone ya toda una proeza en el género, Child se permite algún que otro adorno gremial al elogiar a Chandler en detrimento de Hammett. Un juicio que el autor atribuye a Reacher, pero con el que no puedo estar muy de acuerdo. Aunque sí, desde luego, con la capacidad de Chandler, también reseñada por Child, para fijar de una vez y para siempre un momento y una situación concreta. En ese terreno es verdad que Chandler no tuvo rival; ni siquiera Dashiell.Otra de las características netas de El inductor sería la administración de la violencia a lo largo del texto. Que no llega, por ejemplo, a la explosiva omnipresencia que a veces deparan los trabajos de Ellroy -estoy pensando en