Por primera vez, el pasado domingo, 7 de abril, se llevó a cabo un emotivo homenaje en el campo de concentración de Gurs (próximo a Olorón-Santa María, Francia), dedicado exclusivamente a los más de 25.000 republicanas y republicanos que estuvieron allí prisioneros entre 1939 y 1945, víctimas de unas condiciones infrahumanas y de un sufrimiento indecible que motivó su muerte en no pocos casos. Con tal propósito, los organizadores -la asociación Terres de Mémoires et des Luttes- invitaron, además de a numerosas autoridades departamentales y regionales francesas, a varios gobiernos autonómicos, el vasco, el navarro, el aragonés y también al Gobierno de España. Todos confirmaron con antelación su presencia y participación en el homenaje. Sin embargo, llegado el momento, los aragoneses que nos congregamos en Gurs para participar en ese acto tuvimos noticia de que ningún representante del Gobierno de Aragón, no ya su presidente, ni sus consejeros, sino ni siquiera un director general, un subdirector o, como en el caso del Ejecutivo central, un discreto secretario general técnico del Ministerio de Justicia iba a acudir. Y así fue. Leyendo la prensa del fin de semana, acaso la presencia en Zaragoza de Pedro Sánchez debió proporcionar a nuestros representantes una excusa para no trasladarse hasta Gurs y cumplir con su obligación y compromiso.

Si el actual Gobierno de la comunidad autónoma aragonesa considera que con haber llevado a las Cortes de Aragón un proyecto de ley de Memoria Democrática, posteriormente aprobado por una mayoría parlamentaria, es suficiente, está tremendamente equivocado. La memoria democrática exige mucho más que una ley publicada en el boletín oficial; precisa de actuaciones comprometidas de manera indubitada con los valores y principios que dimanan de la misma, así como un esfuerzo por llevar a cabo lo reclamado por tantas y tantas personas que aún sufren las consecuencias de una guerra y una dictadura inmisericordes: verdad, justicia y reparación.

La ausencia del Gobierno de Aragón en el acto de homenaje en Gurs hace un flaco favor a la causa de la memoria democrática y evidencia el nulo compromiso, más allá de declaraciones retóricas, del PSOE con la misma. Porque, tal y como se pudo oír en Gurs cuando se anunció por megafonía dicha ausencia, «no hay excusa» que justifique la misma.

*Catedrático de Geografía e Historia del Instituto Ramón y Cajal de Huesca