Con el Código Penal en la mano, leyendo atentamente la letra pequeña, puede resultar comprensible, pero no deja de crear alarma social el hecho de que el presunto asesino de un vecino de Pina de Ebro ya fuera condenado en 1994 a veinte años de cárcel por matar a un hombre en Huesca. Nueve años después de ser condenado por asesinato, Rafael Márquez Centeno ya obtuvo la libertad condicional. Ni los informes psicológicos en los que se habla de los "comportamientos y preocupantes desequilibrios psicológicos" que padece, ni la advertencia de los forenses que le calificaron de "mentiroso compulsivo" frenaron su salida a la calle. Ejemplar.