La mala suerte se alió ayer contra Renfe. La máquina del tren Zaragoza-Lérida que sale a las 6 de la mañana de Delicias se averió y tuvieron que viajar con una locomotora de hace 40 años que los maquinistas de Lérida no están autorizados a conducir. Por eso, en Sariñena pasaje y conductores hicieron trasbordo. Para entonces, los servicios de limpieza habían fregado el andén y, dado el frío reinante, el agua se congeló con los consiguientes patinazos. Resultado: un trabajador con una pierna rota, otro dolorido por una caída y muchos nervios.