No sé si la DGA o el Ayuntamiento tiene hecho un censo de pobres como tienen la mayoría de las comunidades. Pobres que viven por debajo de lo mínimo necesario. Es cierto que en nuestra comunidad apenas se ve gente tirada pidiendo y tampoco niños descalzos que te rodean con sus ojos, por lo que podríamos creer que no hay, que esto pertenece a modelos del tercer mundo o a grandes ciudades donde el chabolismo convive con Fórum y bodas de la realeza.

Lo que ocurre es que hoy la mayoría de nuestros pobres malviven con una economía de subsistencia en lugares infrahumanos, donde la humedad y el agua en los pies forma parte del decorado. O los que cada día esperan impacientes en la parte trasera de los supermercados a que tiren los productos caducados, para arrojarse a los contenedores antes que nadie, o aquellos ancianos que hacen un recorrido por los desechos de las fruterías.

Todo esto forma parte de los ciudadanos de Aragón y que, sorprendentemente, asumimos con estoicismo repugnante porque nada o poco se habla de ellos, menos cuando se hayan muertos.

*Pintora y profesora de FP