Cuando la Unión Soviética se vino abajo, la perla de las Antillas atravesó una de las etapas más duras de su historia. Durante lo que se llamó periodo especial, en los primeros años 90, tuve ocasión de viajar a la isla y convivir estrechamente en Moscú con un puñado de cubanos. Sabías de la cotidianidad en La Habana por las llamadas y cartas que recibían. Un plato único de frijoles al día y a pedalear hasta el trabajo en una bici china. No había nada; ni arroz, ni papel de wáter, ni jabón, ni vendas de gasa hidrófila. El fin del canje amigo