Entre fiestas y certámenes de todo tipo, los pueblos, en esta época, cobran otra dimensión respecto al resto del año, la población aumenta y con ello la vida en sus calles. Esa despoblación que tanto preocupa a los municipios y a los que viven en ellos, por unos meses, desaparece, y los campos y el monte se ponen de acuerdo para engalanarlos. Las comunicaciones entre los pueblos vecinos, tradicionalmente, no han sido siempre fluidas, demasiados escollos y rencillas han impedido, en muchos casos, relacionarse entre ellos. Las frases se desplazan, los sentimientos también, unos se expresan, otros no tanto, maneras, modos que se pierden, solo aquello que se consigue con la voluntad de hacerlo funciona bien. La DPZ ha puesto su granito de arena llevando la cultura a sus calles, uno de esos programas es «Itinerancias», aunque son desplazamientos formales de exhibiciones de obras de artistas en espacios municipales, han servido para que «Itinerarios» tome el protagonismo de comunicación entre los pueblos, nos invitan a adentrarnos en la convivencia de las gentes. Han sido tres pueblos, Luna, El Frago y Biel que como vecinos bien avenidos se han puesto de acuerdo para realizar un proyecto en común, el nexo: el arte, el de José Luis Cano y el empeño de llevarlo a cabo, el de Ana Aragüés. Tres alcaldes de diferentes partidos, casi un milagro, unen sinergias, es la manera, la forma de decir y hacer las cosas, nos sirve lo que se hace para transmitir, para conocer y convivir. Los tres, sentados en el antiguo salón de plenos de la DPZ, presentaron el programa entre los murales del pintor Villaseñor y con la mirada triunfal de Alfonso V entrando en Nápoles, sonríen como lo hiciera el monarca al llegar a Castilnuovo, un logro que debería itinerar para itinerarnos.

*Pintora y profesora