Cuando de niño te enseñan a escribir, las orientaciones son hacerlo de izquierda a derecha y de arriba abajo.

Una vez que en el discurso político el eje arriba-abajo extendido por Podemos ha desaparecido y la idea de transversalidad es inexistente en estas elecciones, volvemos a la tradición ideológica, de la que en el fondo nunca salimos.

Ni el fin de la ideologías, ni la búsqueda del centro marcan la campaña del 26M. Una de las principales señas distintivas entre la izquierda y la derecha, se lleva toda la atención, la bajada de impuestos y el mantenimiento de la protección social.

El mantra que se repite desde la derecha, es el de la necesidad de una rebaja impositiva. Este menos por más no es nuevo, ya la revolución conservadora de Reagan y Thatcher prometía exactamente lo mismo, que el dinero estuviera en el bolsillo de los ciudadanos y no del Estado. Y el mensaje relevante que se quiere transmitir es que pagar impuestos es malo porque nadie mejor que cada ciudadano sabe dónde gastar su dinero.

Es la salida individual a los problemas colectivos. El Estado mantiene unas prestaciones mínimas, y ya cada uno y bajo el principio de libertad de elección se soluciona los problemas, desde una clara situación de desigualdad. Por que aquí se encuentra la principal diferencia ideológica entre unos y otros, que ya no es tanto la tradicional distinción entre igualdad y libertad si no la defensa de lo colectivo.

La libertad no está en duda, pero la izquierda considera que está no puede ser efectiva, si no existe justicia social, si no puedes ejercerla en la práctica. La derecha observa que uno es libre simplemente cuando nadie interviene en sus decisiones. Los igualitarios resaltan los puntos en común entre las personas y preocupación por los desigualdades sociales y los antiigualitarios resaltan la diversidad entre las personas, y la naturalidad de las desigualdades. Y de ahí su rechazo a tratar los problemas con una mirada colectiva ya sea la defensa de los derechos de las mujeres, de los trabajadores, o de los desempleados. No somos iguales, no nos traten como víctimas son frases repetidas estas semanas desde los defensores de salidas individuales, del usted es responsable de su vida y si fracasa es su error.

La semana que viene volvemos a decidir y no, no es entre extremismo y moderación si no entre ideologías de izquierda o de derecha. H *Politóloga