En medio del barullo, no es fácil para las izquierdas mantener un discurso propio que les aparte del emocional (e interesado) nacionalismo periférico... Pero sin emparejarse con el retrógrado nacional-españolismo que desde Madrid agita España entera. Por eso están fuera de juego, divididas y desorientadas. Porque esta no es su guerra, y si participan en ella solo pueden aspirar a la derrota.

El PSOE de Sánchez, por ejemplo, va de cráneo. Ahora intenta aflojar el cepo donde le ha atrapado el PP. Teme verse arrastrado por el sentido de Estado para acabar comulgando con la reducción de derechos y libertades, la recentralización y la reinterpretación regresiva del texto constitucional, que buena parte de la derecha ya da por cosa hecha. Unidos Podemos, a su vez, ha sido incapaz de sustraerse a la atracción de muchos argumentos del secesionismo catalán, falsos como el alma de Judas y cuyo desarrollo pretende revestir de democracia y participación social lo que no es sino una sucesión de trucos para llegar a la independencia con un respaldo muy activo pero obviamente minoritario.

El podemismo y sus confluencias patinan en este barrizal. Es verdad que el diputado catalán Coscubiela (Catalunya Si que es Pot), ha brillado en el Parlament con discursos impecables, rompiendo con los dogmas de los frentes patrióticos en liza. Pero Iglesias y Colau no acaban de situar su (razonable) propuesta de referendo pactado y regulado al margen de la retorcida lógica soberanista y de los delirios de la CUP. Porque de la misma forma que el PSOE no sabe (o no puede) distanciarse de la derecha y sus ancestrales instintos, Unidos Podemos no reconoce la naturaleza irracional, victimista e insolidaria de los separatistas.

La intentona independentista en Cataluña ya choca con la implacable realidad. El coste (económico) de la epopeya puede ser altísimo. Todo es encabronamiento, división y hartazgo... Y la sensación de que, al final de todo, las izquierdas (españolas y/o catalanas) estarán desbordadas, y será la derecha quien revise el llamado régimen del 78. Ya verás, ya.