La lógica más elemental parece llevar a pensar que si todas las instituciones políticas están regidas por representantes del mismo partido no sólo habrá una coherencia ideológica sino que fundamentalmente habrá una cooperación y coordinación que sería imposible de alcanzar si gobernaran partidos distintos. Hasta ahí la lógica, sí, pero es que esto es Aragón. Ofrecen el alcalde Belloch y el teniente de alcalde Gaspar una rueda de prensa para explicar lo de la Romareda, y a los cinco minutos se llevan la contraria para pasmo de los periodistas y del público en general. Tercia el vicepresidente del Gobierno autonómico, José Angel Biel, y dice que no van a ser comparsas del Ayuntamiento. Correcto, pero eso indica que no ha habido ni una palabra previa del Pignatelli a la plaza del Pilar, ni viceversa. Aprueba el Ayuntamiento el plan de Puerto Venecia, cuya estrella (y motor, seguramente) es la implantación de Ikea, y sale la DGA aspirando a que se implante en Pla-Za, con lo cual se carga de facto el anterior proyecto. Pues no sé si no sería preferible que gobernaran cada uno una institución, que las piedras al menos se ven pero los cuchillos no...

*Abogado