En 1982 se aprobó el Estatuto de Autonomía de Aragón, reformado en 1994, 1996 y por último en la Ley Orgánica 5/2007 de 20 de abril de 2005. En ese Estatuto, según la versión publicada en mayo del 2015, capítulo IV, Aragón tiene cuatro instituciones fundamentales: las Cortes, el Presidente, el Gobierno o Diputación General y el Justicia.

En el artículo 59, este último tiene la misión de proteger los derechos individuales y colectivos de los aragoneses, tutelar el ordenamiento jurídico y defender el propio Estatuto. Y, además, en el ejercicio de sus funciones puede revisar la actividad de la Administración de la comunidad autónoma aragonesa y de todos sus órganos, de los entes locales y de los servicios públicos. El Justicia rinde cuenta de su gestión ante las Cortes de Aragón, máximo órgano de representación política del pueblo aragonés.

Los legisladores recuperaron el nombre histórico del Justicia Mayor, un cargo introducido en la legislación aragonesa en el siglo XIII y que existió en el ordenamiento jurídico del reino de Aragón hasta su supresión, junto con las demás instituciones privativas aragonesas, a comienzos del siglo XVIII con el triunfo de los Borbones en la guerra de Sucesión y los correspondientes Decretos de Nueva Planta, que liquidaron las leyes aragonesas e impusieron las castellanas, salvo en algunas cuestiones del Derecho Privado.

La nueva figura del Justicia poco tiene que ver con la histórica. En su concepción contemporánea es el defensor del pueblo aragonés y el garante de los derechos individuales y colectivos. Desde hace unos meses, el Justicia de Aragón es el juez Ángel Dolado, un profesional muy cualificado, dotado de una notabilísima capacidad gestora y de una gran calidad humana. Dolado es un hombre comprometido con la defensa de los Derechos Humanos y con la Justicia, y se ha implicado a fondo con su cargo de Justicia de Aragón, porque se cree lo que hace y trabaja duro por ello. Con pocos medios y sin la atención que debiera tener por parte de las Cortes y del Gobierno de Aragón, que tendrían que respetar mucho más esta institución, no contraprogramando por ejemplo ningún acto el 21 de diciembre, día del Justicia, y atender las quejas que a su través presentan los ciudadanos, Dolado y su minúsculo equipo andan empeñados en que los aragoneses aprecien, valoren y conozcan la institución del Justicia. Por eso, bien haríamos todos en valorar mucho más esta institución, porque en su composición actual es la que más va a defender nuestros derechos.

*Escritor e historiador