El presidente de Aragón, Javier Lambán, está siendo forzado por el líder de Podemos, Pablo Echenique, a dar un golpe de autoridad. Sus constantes llamadas a la negociación son desatendidas sistemáticamente, con el perjuicio lógico sobre la acción del gobierno. Ocupado en generar la sensación de que le tuerce el brazo a todo un presidente del Gobierno, o de que lo arroja en brazos de la derecha, al jefe de Podemos le importa un bledo que Aragón siga sin presupuestos. Lambán no puede convertirse en rehén de un Echenique encelado en la lucha por la supremacía de la izquierda.