Con el anuncio de ERC, PNV, Bildu y Compromís de que votarán a favor de los Presupuestos Generales del Estado para el 2021, el camino para la aprobación de las cuentas públicas ha quedado desbrozado. A los 155 escaños que suman los dos partidos del Gobierno se añaden así los 25 que reúnen estos cuatro grupos políticos (13, 6, 5 y 1, respectivamente), lo que permite superar en 4 los votos de la mayoría absoluta necesarios para sacar adelante el proyecto presupuestario. Es probable que a ellos se agreguen los de Más País, Nueva Canarias y Teruel Existe, y queda por ver la opción del PdeCat porque Ciudadanos ya ha anunciado que no se unirá a ese grupo, como aspiraba Pedro Sánchez . Si el grupo de Inés Arrimadas se hubiera decantado por el 'sí', Sánchez habría logrado una mayoría extraordinaria.

La aprobación de los Presupuestos, los primeros desde el 2018, cuando aún gobernaba Mariano Rajoy , es imprescindible para garantizar la estabilidad política del Ejecutivo y la continuidad de la legislatura. Una supervivencia esencial en un momento tan sombrío, en el que se conjugan simultáneamente las crisis sanitaria, económica y social, que confieren una extrema gravedad a la situación del país. De hecho, esa aprobación no solo le garantiza a Sánchez la legislatura de «largo recorrido» que anhela, sino que se vislumbra como la primera oportunidad de estabilidad política desde que en el 2015 la irrupción de Podemos y Ciudadanos, y posteriormente de Vox, puso fin al bipartidismo.

Despejar la incógnita presupuestaria es una prioridad del Gobierno pero también lo es de toda la sociedad, porque con estas cuentas públicas se han de afrontar las consecuencias de las crisis y canalizar los 140.000 millones que llegarán de la Unión Europea (si se supera el veto de Hungría y Polonia). Pero siendo tan sustancial la aprobación de los Presupuestos, solo garantiza una legislatura larga, no que esta vaya a ser pacífica. Lo vivido hasta ahora no permite augurar que vaya a ser así. Hasta ahora el PP no ha dado tregua. Por el contrario, se ha sumado a Vox para erosionar al Ejecutivo, en base al análisis, que se ha demostrado equivocado, de que el Gobierno caería. Solo la perspectiva de tres años más de Sánchez podría llevar a Pablo Casado a rectificar. Veremos. Tampoco dentro de la coalición gubernamental las relaciones son tan serenas como sería deseable. El último desencuentro es de esta misma semana. Ahí también sería bueno que la expectativa de durar les conduzca a una mejor convivencia.