El tercer Congreso de la Lengua Española ha confirmado que esta lengua cuenta con todo lo necesario para ser uno de los pocos grandes idiomas con un futuro de uso internacional en la era de la globalización. Dispone del peso demográfico, los instrumentos académicos, la voluntad de sus hablantes y el compromiso de los gobiernos para conseguirlo. Algunas herramientas, como el nuevo Diccionario panhispánico de dudas , demuestran que a ambos lados del Atlántico hay conciencia de que sólo manteniendo la unidad de la lengua ésta podrá ser un instrumento útil más allá de las fronteras. Y también se reconoce que esta unidad sólo será posible aceptando que el castellano de 40 millones de españoles no tiene por qué ser el único modelo de referencia frente a la creatividad que bulle en los cientos de millones de hispanohablantes de América.

LAS OTRAS LENGUAS. Pero todas las lenguas que se hablan y escriben en España merecen beneficiarse del mismo esfuerzo que dedica la Administración para garantizar la vitalidad y la proyección exterior de la lengua castellana. Y precisan que se defienda y respete su unidad, como se hace con ella. Aunque al final se haya encarrilado de cara a la Unión Europea el tema catalán/valenciano, han existido demasiadas tibiezas por el camino. Y aplaudimos que por primera vez un Gobierno español asuma las lenguas cooficiales como un valor y no como una molesta diferencia.

EL OTRO BILINGISMO. Con la defensa del castellano está en juego el mantenimiento de un espacio cultural y económico iberoamericano, y con la defensa de los derechos lingüísticos de los 10 millones de españoles que hablan catalán, gallego o euskera se atiende a la pluralidad histórica y a los valores democráticos. Pero hay otro reto lingüístico crucial: sin ampliar el conocimiento del inglés en la educación, ni accederemos bien a las nuevas tecnologías ni seremos competitivos en la economía globalizada. En la comunidad de Madrid, por ejemplo, hay conciencia de ello y un ambicioso plan hará que 110 centros educativos públicos en el año 2007 serán verdaderamente bilingües con el inglés. El plan, pionero en España, pretende equiparar la sociedad madrileña a la escandinava en materia educativa, ya que desde el inicio se persigue que los centros sean de alta calidad y con materias homologables.

En algunos centros de Zaragoza ya se han dado algunos tímidos pasos en este sentido, y los resultados son francamente positivos para los alumnos que han participado y participan en el proyecto. El debate lingüístico también debería ser éste. Abrirse a otras lenguas desde las primeras palabras y las primeras letras nos ayudará a crear una sociedad más abierta y más avanzada.