El anuncio del alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, de interponer una querella contra el líder del PP, Pablo Casado, por decir que es «amigo de GRAPO» es una decisión coherente con la gravedad del calificativo y con la intención de que no todo vale en política para desacreditar al adversario. Por si fuera poco, el portavoz del PP en el consistorio de Zaragoza, Jorge Azcón, amplió las descalificaciones añadiendo a las motivadoras de la querella las de «amigo de filoetarras, golpistas y dictadores». Este no puede ser el lenguaje político con el que se aborden las discrepancias ideológicas. El alcalde, que podía haberse querellado antes pues Casado lo dijo el 16 de febrero, debería ampliar su demanda. Todo no vale.