Agosto no fue el mes que a principios de la desescalada muchos pensaban que llegaría a ser. En junio, había esperanza en que el turismo internacional ayudaría a remontar las pérdidas por el confinamiento. Pero los rebrotes y las recomendaciones de varios países de no viajar a España enfriaron las expectativas. Este cambio de escenario explica en parte los datos del paro publicados ayer. Se repitió el habitual incremento del desempleo que se produce cada agosto, pero en el conjunto de España fue el menor alza registrado en dicho mes desde el 2016, lo que da idea de la escasa contratación de este verano. Actualmente hay 3,8 millones de desempleados en España, sin contar los afectados por un ERTE. Siendo un contexto muy negativo, hay cifras que indican una tímida recuperación: la afiliación a la Seguridad Social acumula cuatro meses de aumento en España. Solo bajó en los destinos más dependientes del turismo extranjero, con Barcelona a la cabeza.

El reto más difícil es mantener la tendencia general de creación de empleo en los meses venideros. Hará falta crear las condiciones que lo favorezcan, lo que solo será posible con un clima político y de diálogo social realmente centrado en buscar soluciones. Eso sí, en Aragón Huesca arrojó unos malos resultados, los peores del país, coincidiendo con los rebrotes que ha sufrido la parte oriental de esta provincia durante todo este verano.